jueves, 30 de agosto de 2007

LA GUERRA DE YOM KIPPUR




Tácticas y regulación del tiempo-

Egipto y Siria habían estado preparando y proyectando este momento desde hacía meses. A diferencia de guerras anteriores, en las que la participación egipcia y siria se había explicado, ante todo, como un acto de solidaridad con los árabes palestinos, esta vez existían motivaciones específicas, tanto sirias como egipcias, para hacer la guerra: volver a recuperar los territorios ocupados por Israel durante la Guerra de los Seis Días de 1967.

Ya se ha visto cómo, poco después de la expulsión de Egipto de todos los expertos rusos en julio de 1972, se habían iniciado con toda seriedad los proyectos para la guerra. En octubre de aquel año, Sadat había nombrado como ministro de la Guerra y Comandante en Jefe a uno de sus más antiguos colegas del Ejército, al general Ahmed Ismail. En noviembre del mismo año y tras la elección del presidente Nixon, Sadat recibió una carta de Breznev, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, aconsejando a Egipto que apoyase la política de distensión e informandole, a la vez, que no aumentaría el suministro de armas normales. Según testimonio personal de Sadat, había llegado a la conclusión de que la situación de "ni paz ni guerra" redundaba en beneficio e interés de ambas superpotencias, y que únicamente una violenta iniciativa por parte árabe cambiaría aquella situación.

Sobre la base de la experiencia de Egipto en las guerras libradas contra Israel en el pasado, Ismail decidió que sería desastrosa una repetición de la Guerra de Desgaste. En consecuencia, concluyó: "Nuestro ataque ha de ser el más fuerte que podamos llevar a cabo". La solución: "hacer picadillo a los israelíes", en la que el general Shazli, jefe de Estado Mayor egipcio, denominaba "guerra trituradora".

A principios de 1973, el general Ismail fue nombrado Comandante en Jefe de los Ejércitos de la llamada Federación de Repúblicas Árabes: Egipto, Siria y Libia. Como las relaciones de los dos primeros países con Libia eran ambivalentes, y Libia, en todo caso, se hallaba situada muy lejos de Israel, su inclusión en el mando conjunto parecía ser un tanto teórica; pero la inclusión de Siria proporcionó al general Ismail la esperanza de que podría, en la inminente guerra, abrir dos frentes simultáneamente: el sirio y el egipcio. Al mismo tiempo, Sadat rechazó otra iniciativa americana basada en "negociaciones para un convenio sobre el Canal de Suez", alegando que esto permitiría a Israel perpetuar su ocupación del Sinaí.

Siria estaba recibiendo de Rusia enormes cantidades de armamento. Según cálculos americanos, los envíos de armas, hechos en los primeros seis meses de 1973, fueron considerablemente mayores que todos los suministros realizados durante 1972. Además de los tanques T-62, el modelo soviético más moderno, el presidente Hafiz Al Assad de Siria recibió de la Unión Soviética un completo.



No hay comentarios: